jueves, 4 de agosto de 2011

Secret.

A petición de Marco, aquí vengo con un texto con diálogo más o menos mediocre. Siento si alguien muere por el cacao mental del que podéis ser víctimas si leéis tal chufa jojo. Y ahora -advertidos quedáis- os dejo:



Sabía que en algún momento iba a toparse con aquel misterio oculto del que todos cuchicheaban pero pocos se atrevían a mencionar. Nunca pensó, sin embargo, que iba a encontrarse con aquello… con ese ser que le miraba con sus profundos y enigmáticos ojos verdes que eran del mismo color que el de las hojas que les rodeaban.
-¿Quién eres? –preguntó en un murmullo que quedó casi ahogado por el sonido de la lluvia que golpeaba rítmicamente la tierra bajo sus pies. Cada vez más rápido. Como su corazón en aquel momento. Pumpumpum. La sangre le corría rauda por las venas y él era incapaz de controlar el leve temblor que se había apoderado de sus manos. Entonces aquel ser abrió los labios de fresa que había mantenido sellados tan firmemente y que parecían haber desaparecido en su ovalado rostro níveo.
-Soy un secreto. –susurró, con una voz suave que se oyó claramente a pesar de que las palabras habían sido solo un suspiro que habían llegado a los oídos de él, como un soplo de aire que le acarició las mejillas y se entremezcló en su pelo.
-¿Un secreto? –se atrevió a preguntar tímidamente, con la boca seca y el corazón a punto de explotar. -¿Cómo el que comparten dos niños traviesos?
-Un secreto –asintió, con ese tono de voz tan susurrante que a él se le antojó el más hermoso que hubiera oído en toda su vida. El cabello de ella era largo, oscuro y húmedo; su cuerpo estaba cubierto por un camisón blanco y fino que parecía fundirse con su piel.
-¿Por qué nadie se atreve a nombrarte?
-Porque voy y vengo. Soy como el viento… -se detuvo e inclinó la cabeza hacia atrás, dejando que su rostro se empapase de lluvia. Volvió a mirarle. –Muchos son capaces de ver dentro de mí y se dan cuenta de lo frágil que soy. Entonces no quieren dañarme; no quieren traicionarme. Y me guardan celosamente.
-¿Y qué haces aquí?
-Vivo aquí. Este bosque es mi alma, mi corazón y mis recuerdos. Este bosque lo es todo para mí, porque yo no soy más que la ilusión de todos los secretos mancillados y necesito algún lugar para almacenar todas las promesas incumplidas.
-¿Por qué te has mostrado ante mí? –preguntó él entonces, fascinado y a la vez inquieto; enamorado de las curvas borrosas del cuerpo de ella y cautivado por el bello color de sus ojos. La muchacha, que parecía divertida, sonrió levemente. Él sintió como su corazón aceleraba hasta tal punto que los latidos parecían superponerse unos sobre otros.
-Yo no me he mostrado ante ti, tú has venido a buscarme. Llevas mucho tiempo queriendo encontrarme y por fin lo has hecho. Has mirado este bosque, has indagado en él y me has encontrado. Muchas personas no se atreven a desvelar los misterios que hay más allá y al final se pierden en sus propias ambiciones. Dejan que los secretos les consuman. Tú, sin embargo has llegado hasta aquí… -sin dejar de sonreír, abrió los brazos e hizo que el movimiento expresara perfectamente lo que quería: estaba abrazando al bosque.
–Entonces... ¿significa que ahora he de guardarte?
-Significa que te marcharás y nunca volverás. Significa que has de tener en cuenta que los secretos ultrajados llegan a mí y me hacen daño. Significa que, en efecto, deberás protegerme de las mentiras que ofuscan los secretos y que hacen que, llegados un punto, se contaminen de tal manera que me llegan a dañar.
[...]

Y juro que tengo ganas de tirarme por un precipicio. No me machaquéis a críticas destructivas, que soy muy impresionable D: Vale, gracias por usar vuestro tiempo en leerme y... nos vemos en la próxima actualización (que espero que no sea tan desastrosa).
PD: No pienso volver a leer esta entrada en mi vida.

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